En el año 1982 compré en el mercado de els Encants una estatuilla de madera que representa un jugador de fútbol. Elegí uno al azar, el número 10. Al lado estaban todos sus compañeros de equipo alineados. Allí los dejé, abandonamos la concentración. Nunca sabré como les fue el partido, ni si alguien compró el resto de la plantilla. No soy coleccionista compulsivo, pero si alguien tiene en su poder el resto del "equipo lagarto" estaré complacido en ofrecerselo. La planta que luce el delantero es de puro estilo egipcio, y el balón de un sorprendente diseño.
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